Por Sylvia Rodríguez
Faltan pocos días para el 28 de setiembre, fecha en la que se cumplirá un año de la puesta en vigencia de la Ley 29090, la nueva Ley de Regulación de Edificaciones y Habilitaciones Urbanas en el Perú, y el balance es negativo debido al facilismo, que legaliza la norma, al haber autorizado a las municipalidades dar licencias automáticas a todo vecino, o constructor que desea iniciar una construcción o ampliación, sin mediar la revisión previa de los planos.
Producto de ello, son los varios casos que se vienen sucediendo, como el de la última semana de agosto, en el que los trabajos de construcción en un terreno de Las Casuarinas, distrito de Surco, ocasionó derrumbes en las dos viviendas colindantes.
Las licencias automáticas se otorgan hoy en día para edificaciones de hasta cinco pisos. Ello sucede en el Perú, un país altamente sísmico, mientras que en Japón, a partir del devastador terremoto de Kobe, se han extremado las medidas de seguridad para salvaguardar la vida de la población y por ende hay mayor rigurosidad en el cumplimiento de normas técnicas de construcción.
En nuestro país, la antigua ley que derogó esta norma, disponía que todas las municipalidades contaban con una Comisión Revisora de Proyectos que aprobaba los planos, de manera anticipada al inicio de los trabajos de construcción. Esta comisión la integraban ingenieros y arquitectos nombrados por sus respectivos colegios profesionales, en virtud a un concurso de méritos, por lo que si alguna obra resultaba con fallas había la posibilidad de iniciar un proceso y determinar responsables para la sanción correspondiente. Hoy en día, la comisión solo funciones para obras mayores, mientras que la Ley 29090 está en la mira y las voces ciudadanas, de los técnicos de los colegios de ingenieros y arquitectos, de las municipalidades, de Defensa Civil, piden su modificatoria, para lo cual dichas instituciones han presentado un proyecto de Ley modificatorio, tanto al Ejecutivo como al Congreso de la República, el cual aún no entra en debate.
Quienes promovieron la dación de la Ley 29090 argumentaron que lo hacían para no frenar el boom constructivo. Lo cierto es que nadie, en el Perú, quiere parar la inversión en construcción, cuando en efecto está por fin dando solución a los problemas de déficit habitacional; sin embargo, ello no puede significar poner en riesgo la vida de los moradores, pues ante cualquier evento sísmico corremos el riesgo de ver muchas viviendas colapsadas como si fueran castillos de naipes; y lo que es peor la trágica pérdida de vidas humanas.
Producto de ello, son los varios casos que se vienen sucediendo, como el de la última semana de agosto, en el que los trabajos de construcción en un terreno de Las Casuarinas, distrito de Surco, ocasionó derrumbes en las dos viviendas colindantes.
Las licencias automáticas se otorgan hoy en día para edificaciones de hasta cinco pisos. Ello sucede en el Perú, un país altamente sísmico, mientras que en Japón, a partir del devastador terremoto de Kobe, se han extremado las medidas de seguridad para salvaguardar la vida de la población y por ende hay mayor rigurosidad en el cumplimiento de normas técnicas de construcción.
En nuestro país, la antigua ley que derogó esta norma, disponía que todas las municipalidades contaban con una Comisión Revisora de Proyectos que aprobaba los planos, de manera anticipada al inicio de los trabajos de construcción. Esta comisión la integraban ingenieros y arquitectos nombrados por sus respectivos colegios profesionales, en virtud a un concurso de méritos, por lo que si alguna obra resultaba con fallas había la posibilidad de iniciar un proceso y determinar responsables para la sanción correspondiente. Hoy en día, la comisión solo funciones para obras mayores, mientras que la Ley 29090 está en la mira y las voces ciudadanas, de los técnicos de los colegios de ingenieros y arquitectos, de las municipalidades, de Defensa Civil, piden su modificatoria, para lo cual dichas instituciones han presentado un proyecto de Ley modificatorio, tanto al Ejecutivo como al Congreso de la República, el cual aún no entra en debate.
Quienes promovieron la dación de la Ley 29090 argumentaron que lo hacían para no frenar el boom constructivo. Lo cierto es que nadie, en el Perú, quiere parar la inversión en construcción, cuando en efecto está por fin dando solución a los problemas de déficit habitacional; sin embargo, ello no puede significar poner en riesgo la vida de los moradores, pues ante cualquier evento sísmico corremos el riesgo de ver muchas viviendas colapsadas como si fueran castillos de naipes; y lo que es peor la trágica pérdida de vidas humanas.