jueves, 16 de diciembre de 2010

Nada vinculante en Cumbre Cancún 2010


Por Gilberto Anticona R.

Si miramos la Cumbre del Cambio Climático de Cancún 2010 desde el antecedente vinculante del Protocolo de Kyoto 1997, es claro que nada positivo para el mundo ha ocurrido en dicha cita, llamada a dar soluciones concretas a los efectos perniciosos que contribuyen al calentamiento global y la destrucción progresiva del planeta.
Se ha conseguido tan solo promesas y la decisión de discutir todo ello en Durbán (Sudáfrica) a finales de 2011. Es, pues, en dicha ciudad sudafricana en donde el próximo año se verá el compromiso serio de los países desarrollados y no desarrollados en materia de reducción de gases de efecto invernadero (GEI), financiación de bosques y el futuro del Protocolo de Kyoto, entre otros.
Aunque algunos como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, han creído ver en Cancún 2010 el triunfo del multilateralismo y una visión correcta de las negociaciones por la senda correcta y con dirección apropiada, no se ve por dónde coger tal optimismo. Analicemos algunos acuerdos incluidos en las más de cien páginas de documentos.
Primero, se reconoció que debería conseguirse una reducción entre el 25 y 40% las emisiones de GEI para 2020, y que el aumento de temperatura mundial debería situarse por debajo de 2 grados centígrados, sin embargo, Canadá, Japón, Estados Unidos y Rusia se opusieron a un tratado vinculante similar a Kyoto.
Segundo, establecer un Fondo Climático Verde, con 100 mil millones de dólares hasta 2020; 30 mil millones para 2012; ello para ayudar a los países pobres a enfrentar las tareas de reducción de emisiones y para cubrir las consecuencias del cambio climático, no obstante no quedó claro cómo se recaudaría el dinero.
Tercero, régimen de protección de bosques, por la cual las naciones ricas recompensarán a países con selvas tropicales a fin de frenar la deforestación que origina entre el 15 y 20% de las emisiones de GEI. Aquí tampoco quedó clara la forma de financiamiento para dicho régimen.
Como dijo Ban Ki-moon, Cancún 2010 ha sido el triunfo del multilateralismo, pero del multilateralismo lírico en que todos se expresan en los mejores términos, reconocen la crisis del planeta, plantean interesantes teorías, pero no se comprometen a nada.
Pues, ¿cómo avanzar en un efectivo control de las consecuencias del cambio climático si los mayores emisores de GEI con China, India y Estados Unidos a la cabeza se niegan a integrarse a cualquiera tipo de control vinculante? O, ¿cómo tener esperanzas si Japón, Canadá y Rusia, países también altamente contaminantes, adelantan opinión de que no extenderán Kyoto?
Algunos países desarrollados y otros emergentes viven obnubilados por una falsa idea de desarrollo económico. En sus ansias de acumulación de riquezas no miden las consecuencias de sus actos. Puede que cuando reaccionen, sea demasiado tarde.

martes, 14 de diciembre de 2010

Minera Centauro: Inversión para le negación de la vida


El caso de la minera Chancadora Centauro, cuyo permiso de operaciones se originó en el Ministerio de Energía y Minas mediante dispositivo 068-2010-MEM-AAM, es un caso típico de abuso de poder al pretender imponer a todo un pueblo (Áncash) una inversión al servicio de la negación de la vida con el cuento de la libertad de inversiones y el crecimiento económico.
El Ministerio de Energía y Minas (MEM), así como minera Chancadora Centauro, supieron desde un comienzo que había equivocado el rumbo, por cuanto el permiso tenía un origen violatorio de la legalidad, y que además ubicaba el proyecto de exploración y posterior explotación en la cabecera de cuenca (lago Conococha) que da origen a los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza.
Es decir se concertó un permiso de operaciones sin tener en consideraciones la licencia social ni la defensa de la vida, pues imponer un proyecto en cabecera de cuenca es la mayor torpeza que puede hacer una autoridad oficial, salvo que crea que estamos en los primeros albores de la conquista española en Perú o en el África colonial y que la vida de nuestros campesinos no valen un solo centavo.
Por ello la protesta del pueblo ancashino, particularmente de las localidades de Cátac-Recuay se justificó plenamente por cuanto solo defendían su derecho a la vida, en contra de una inversión minera que iba a contaminar la naciente de sus aguas, tierras, plantas y animales.
Como siempre, la reacción del gobierno fue demasiado tarde. Luego de seis días de paralización, con toda la actividad socioeconómica detenida en Áncash, el Ejecutivo aprista decidió impulsar por intermedio del MEM la RM 536-MEM mediante la cual revocó el permiso de operaciones de la minera Chancadora Centauro.
Pero la decisión del MEM fue una decisión mediatizada, por cuanto la empresa Centauro había determinado previamente suspender indefinidamente sus actividades de exploración, aunque después adujo que no había seguridad jurídica para invertir. Tamaña tontería es inaceptable: no se puede desarrollar un proyecto en colusión contra la legalidad, en cabecera de cuenca ni mucho menos en áreas intangibles como la Reserva de Biosfera del Huascarán.
Esperemos que, en el futuro, la prioridad de las inversiones mineras no dé paso a permisos irracionales que subleven a todo un pueblo. Ya tuvimos la negra experiencia de Bagua, que se originó en la dación inconsulta de algunos decretos legislativos para lotizar nuestra selva al servicio del mejor postor. Persistir sobre lo mismo significaría volver a dispararse en los pies. (GAR)